Hijos de la muerte y el olvido


Son tan frágiles y vulnerables 
en las aldeas obscuras de su niñez
esas que ocultan en la gélida cueva de secretos
nunca las recuerdan soleadas,
como si hubiesen vivido en ellas
estando muertos.
Resucitaron a la madurez y al olvido,
pero igual que entonces 
el olvido hoy es solo su silencio.
Callan la memoria porque tienen miedo
mas que a lo que les hicieron
a lo que fueron...
Fueron vagón de tren sin destino definido
y sin embargo,
siempre les esperó el mismo destino.
Fueron una lágrima sin tiempo
resbalando por un rostro sin nombre ni apellidos.
Fueron hijos de nadie,
a los que nunca nadie quiso.
¿Te acordarás de mi?
pregunta una y otra vez el niño.
Hay que recordarlo para no repetirlo.

A.M.G  (2014)

Comentarios

  1. Lloro por todas las guerras, menos por las que pastan en mis llanos, los íntimos, casi secretos, ésas las lucho con mi pecho y con mis manos...Pero lloro, éstas, guerras de hielo que buscan amargar la tierra, sacarle todo el carburo que posea, adueñarse de todo lo viviente que haya sobre ella, así tenga que matar a los hijos de su propia especie...Hermosas letras, tristes como cabe, pero hermosas...me salvan tus ojos, Anabel...Son de otra parte!!

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  2. Es un poema precioso, dicho desde una sensibilidad muy grande.
    Me duele pensar en los niños de la guerra, tal vez porque me remite a mi familia, en Italia, escapando durante los bombardeos y es como que ha quedado algo de ese horror en alguna parte de mí.
    Felicitaciones, Anabel.
    Un abrazo.

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  3. Niños sin infancia, eso les quitamos. Te sigo.

    Saludos.

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  4. Graves daños e irreparables, ahora solo queda evitar que se repita, para ello es bueno recordar, ¡que no se olviden!, y eso logras con tus versos, destapar otro granito de arena de lo ocurrido y lo que ocurre. Precioso blog lleno de contenidos muy interesantes y tus letras que lo coronan. Besos Anabel.

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